La Agrupación Minera de Peñaflor, de la que era único propietario D. Pelayo Alonso Fernández está situada en el término municipal de Peñaflor (Sevilla), en el margen derecho del Guadalquivir, junto al pueblo y estación del ferrocarril del mismo nombre. Las comunicaciones entre las minas y las distintas ciudades como Córdoba y Sevilla eran bastante buenas, con una distancia media de 60 a 75 Km, existiendo además en Sevilla un puerto de embarque con la consiguiente ventaja para la futura explotación de las Minas.

 

   La Mina que se llamará “Primitiva”, o sea, la que fue adquirida años en anteriores por Sr. Alonso, comprendía unas 200 Hª. Posteriormente el Sr. Alonso adquiriría más concesiones, llegando a tener más de 4.000 Hª, como consecuencia de estudios de los terrenos adyacentes hechos por diversos organismos oficiales dando como resultado la presencia de grandes masas de minerales diversos.

 

   Después de la explotación antigua (probablemente romana) se han hecho sólo intentos rudimentarios de extracción de oligisto (con 70% de Fe2 O3 ) y sulfuros de cobre en la zona de tracción en los filones de piritas cupríferas que afloraban cerca de las fallas, por una Sociedad Inglesa. Estos filones se han explotado hasta donde los precios de venta y medios técnicos disponibles en 1920 permitían, abandonando después la extracción.

 

    A pesar de todo ello, se han extraído en el siglo algunas cantidades de cobre que han sido el único beneficiado con cierta continuidad.

 

   Las circunstancias económicas de la época hicieron que se llevase  acabo un amplio estudio de la zona, teniendo en cuenta dos razones:

 

1.- Mejora de los medios técnicos tanto en lo que se refiere a perforación, arranque y extracción del mineral, separación del mineral, etc.

 

2.- Localización, de forma económica, de yacimientos ocultos a profundidades superiores a 200 m.

 

   Respecto a la Mina Primitiva se puede decir que se trataba de yacimientos ferrocobrizos pobres, formados por dos filones principales. Estos filones están enlazados por diversas vetas mineralizadas, lo que hace que pueda considerarse el conjunto como una verdadera masa de pirita.

 

   El historial minero conocido de esta mina se remonta a finales del siglo pasado, pero hasta el años 1902 las actividades extractivas debieron ser poco importantes. A partir de este año, con la creación de la “Sociedad Minera de Peñaflor”, se incrementaron los trabajos, desarrollándose de forma ordenada y metódica hasta el año 1918, en el que se decidió la suspensión de las actividades, vendiendo la propiedad en 1925.

 

   El aprovechamiento industrial de los minerales piritosos de Peñaflor se pone de manifiesto en el estudio sobre la concentración de minerales piritosos dando como resultado completamente satisfactorio el empleo de la flotación, donde se puede alcanzar concentrados de pirita del 59% de S y rendimientos próximos al 90%.

    Concretamente en la antigua mina de “San José”, situada en el paraje de “Almenara”, se han encontrado muestras de mineral de una riqueza de cobre de 30%. También en la concesión se han encontrado varios minerales de hierro, entre ellos, un oligisto de excelente calidad; y grandes yacimientos de fosfatos.

 

   Es sabido la importancia fundamental que el fosfato tiene para la agricultura (gran importancia de los superfosfatos del cal, el superfosfato aporta al suelo cantidades apreciables de calcio y azufre: 20 y 12 %, respectivamente, de cada elemento. Puede, pues, afirmarse que el superfosfato es un excelente abono, con el único inconveniente de su baja concentración y su incomodidad si no es granulado.), y la escasez de fosfatos en España.

 

   Entre los productos mecánicos descubiertos hasta ahora en la Sierra, tanto de Peñaflor como en la Puebla de los Infantes, merecen citarse los compuestos de Hierro, como óxidos varios, hermatites (Fe2 O3 ) parda y roja, carbonato de ordinario aurífero y de hierro magnético, especialmente en el notable filón explotación del Cerro del Santo. Además, se reconoce entre las especies del hierro en la Sierra la ilmenita (TiO3 Fe), siendo en cambio muy rara la pirita (FeS2).

 

   Las concesiones vivas en aquel tiempo eran:

 

NOMBRE DE LA CONCESIÓN                                     CLASE DE MINERAL

El Descuido ................................................................................................  Hierro

Espíritu Santo  ...........................................................................................  Hierro y otros

Segunda Preciosa   .................................................................................  Hierro y níquel

Concepción Segunda  ...........................................................................  Cobre

Bilbao .........................................................................................................  Hierro

Primera Preciosa  ....................................................................................  Hierro

 

   En 1900, según D. Lucas Mellado, se llevaban hechas por sucesivas explotaciones varias labores en las zonas Concepción y Segunda Preciosa. En la primera había cinco niveles a los 14, 20, 22, 29 y 42 m. y en la segunda Preciosa cuatro, a las profundidades de 31, 34, 36 y 51 m; ambas zonas se comunicaban por los respectivos niveles 29-31.

En 1902 se fundó la Sociedad Minera de Peñaflor con un capital de 4.500.000 ptas. Para trabajar este criadero. No todo el capital se invirtió en la mina propiamente, sino que se efectuaron fuertes desembolsos para montar junto a la estación del ferrocarril una central termoeléctrica y un salto de agua en el Guadalquivir. Paró las explotaciones de interior en 1917-1918 y vendió su propiedad en 1925.

 

   Desde aquella fecha no se ha hecho prácticamente nada. Algunas veces, y por períodos de tiempo corto, se han regado las montañas, son cuidarse de remover minerales ni de arreglar canales, casas y pequeñas instalaciones.

 

   En la mina existen seis plantas. La planta número 1 se abandonó bastante antes de la parada de la mina en el 1917. Se ignoraba si es que estaba totalmente agotada; es posible que la causa principal fuera el laboreo difícil de las zonas explotadas desde hacía tiempo y los hundimientos que se observaban en la superficies. Las plantas números 2 y 3 parece ser que no fueron explotadas con la idea de arrancar todo el mineral, sino sólo las partes ricas. En las plantas números 4, 5 y 6 y las explotaciones de disfrute en explotar, y desde luego está virgen el macizo existente entre la 5 y 6 y desde está última hacía abajo. Existen pozos, San Rafael y Concepción, el primero, con 130 m, servía para hacer la extracción y el segundo es un pozo auxiliar, de 121 m y fortificaciones en malas.

 

   En la actualidad, las condiciones económicas han hecho que cambien las posibilidades de explotación, por las siguientes razones:

 

1.- Los precios son mucho más elevados respecto al coste medio de la vida (al menos en España).

 

2.- Los medios técnicos se han perfeccionado mucho en perforación, elevación de mineral, etc.

 

3.- Los sistemas actuales de explotación geofísica permiten localizar, de forma económica, yacimientos ocultos a profundidades que oscilan entre 0 a 200 m. y aún mayores, con lo cual, dado que no se han hecho aún estudios sistemáticos en la falla Bética, cabe suponer que es muy probable que lo oculto fácilmente explotable pueda ser muy superior a todo lo extraído en los tres milenios de trabajo.

 

   A pesar de todo se han extraído en este siglo grandes cantidades de cobre que ha sido el único metal beneficiado con cierta continuidad.

 

   La circunstancia de venir el cobre íntimamente unido a la pirita de hierro, que es el mineral predominante en la mena, indujo a sus explotadores a emplear el procedimiento hidrometalúrgico de cementación para extraer este metal.

 

   Otro estudio interesante fue el de concentración de los fosfatos en Peñaflor. El objeto era el de determinar las posibilidades de concentración del mineral de fosfato, procedente de sus minas de Peñaflor, para elevar en todo lo posible su contenido en P. la naturaleza especial de este tipo de mineral permite establecer las características de su composición mineralógica mediante un simple examen microscópico. La composición física del mineral es extraordinariamente compleja y ello ha de influir desfavorablemente en su concentración.

 

   Si se tiene en cuenta la composición mineralógica del mineral, se comprenderá que para conseguir su enriquecimiento en fosfato, será preciso eliminar en lo posible los minerales que acompañan a la especie fosfatada, que son por orden de importancia los siguientes: cuarzo, carbonato, calcio, silicatos de alúminas y óxidos de hierro.

 

   La existencia del oro en la Sierra de Peñaflor no ha debido, sin embargo, pasar desapercibida a los antiguos, pero el desarrollo de la explotación comienza modernamente y crece con rapidez en Córdoba a partir del años 1883.

 

   Hoy, la región demarcada se extiende por los términos municipales de Peñaflor, La Puebla de los Infantes y Lora del Río, en una extensión de muchos militares de hectáreas. El oro de Peñaflor se presenta tanto puro como combinado; el primero lo hace bajo varias formas, a veces bajo la de filamentos y pepitas, pero ésta es muy rara, siendo la más frecuente la de laminillas brillantes sumamente tenues y de superficie muy plana, lo que dificulta algún tanto la amalgación, y de un color francamente dorado que hace suponer se halle bastante puro.

 

   En combinación existe el metal precioso, constituyendo teluros. Faltan filones auríferos propiamente dichos, pues los que como tal se supusieron, al principiar la explotación minera de la comarca, sólo son bolsadas efímeras que desaparecen enseguida.

 

Francisco García Martínez.

 

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